Para
muchas personas el gozar de la vida es una constante tarea a la que día a día
se esmeran, sin importar sus consecuencias viven una vida sumergida en
placeres, vicios y todo tipo de acciones que satisfagan sus deseos.
Jóvenes
y adolescentes principalmente se involucran constantemente en todo tipo de actividades “nocivas
a su salud” porque poco a poco les produce un daño físico y psicológico, al estar involucrados en el alcohol,
drogas, entre otros.
Su
juventud y energía les permite desenvolverse en cada una de esas actividades, que les ayuda a sentirse “invencibles”, al tener el control de sus vidas y donde nada más importa, excepto complarcerse así mismo.
Pero
también la influencia de la música y sus diferentes géneros es parte de un
estimulante de estos jóvenes, a quienes la música domina fuertemente en su actuar y en su
mente. Es aquí donde surge la influencia subliminal de la
música para dominar la mente de los individuos hasta el punto de dictaminar l sus estados de animos, incluso en algunos casos ejerce una fuerte presión para cambiar sus actitudes o llevarlos al suicidio.
Los
medios de comunicación constantemente presentan la vida de cantantes, actorres, entre otros, quienes están envueltos en una vida aparentemente envidiable, por su relaciones sociales, uso de alcohol, drogas.
Pero también hay otra realidad que se esconde en los rostros de cada personaje famoso, donde también se hace presente la soledad, tristeza, depresión y otros casos atravesando
enfermedades como la anorexia y bulimia.
Disfrutar
la vida a como de lugar, nos recuerda el dicho tan popular “comamos y bebamos porque mañana moriremos”, un
dicho que lleva a muchas personas a pensar que ese día está muy lejos y que no
hay que pensar en eso sino que vivir y disfrutar la vida a como de lugar.
Sin embargo, las consecuencias tarde o temprano
siempre llegarán y en algunos casos a muchos los llevará hasta tocar fondo.
Hasta
tocar fondo conlleva a que el individuo esta imposibilitado de dominar sus
propias acciones, mente, estados de ánimos y convirtiéndolo a vivir en su propia cárcel de la vida,
sumergido en el vicio, perdiendo a su familia, estudios y lo más importante la
vida.
Algunos
han tocado fondo estando en la cama de un hospital, padeciendo una
enfermedad terminal, perdiendo todos sus
sueños, donde la juventud y la energía ya no significan nada porque se ha llegado hasta tocar fondo.