La música es el lenguaje del
alma y es por eso que se ha convertido en una de las mejores expresiones de sentimientos hacia las demás personas.
Los años 60,70,80 e incluso los
90´s, han marcado la generación de la música, sobre todo en el género
romántico. Grandes artistas como José Luis Perales, Camilo Sesto, Leo Dan,
entre otros, marcaron un estilo en cada una de sus canciones, convertidas en
verdaderos poemas de amor, donde este sentimiento hacia la mujer es puro y los
detalles eran parte de los sentimientos hacia el ser amado.
Detalles como regalar una
rosa, una canción o simplemente expresar los sentimientos prevalecían en los
contenidos de las melodías que enamoraban a cientos de parejas que escuchaban
cada canción.
Y quien no se enamoró con canciones como “No sabes cuánto te quiero”, de
Camilo Sesto, y “Te Quiero”, de Jose Luis Perales, que describen a un hombre enamorado, romantico y sobre todo que sabía amar a una mujer con un amor sin interés.
Los contenidos de esas canciones
retractaron el romanticismo de décadas pasadas donde prevalecía en la música un lenguaje de respeto hacia el
ser amado, donde el romanticismo de “Romeo y Julieta”, pareciera ser que
revivió en cada melodía, sin necesidad de un doble sentido.
Los cantantes de aquellas
épocas tenían un don especial para escribir e interpretar sus canciones.
Sus conciertos dejaban sentir
sus interpretaciones al público, llevándolos a experimentar cada situación que retractaba cada canción.
Si recordamos, los cantantes vestían
adecuadamente con saco, corbata y se hacían acompañar algunos de una guitarra,
piano o simplemente un micrófono, sin necesidad de realizar un show en el
escenario.
El show simplemente se basaba
en la calidad de sus interpretaciones y es allí donde se debió el éxito que
hasta hoy en día mantienen los artistas de la época de oro, incluso con las actuales generaciones.
Hoy en día, las baladas y la música en general es sustituida por géneros como el perreo y reguetón, que únicamente denotan un contenido vulgar y
de doble moral, desvalorando a la mujer y convirtiendola en un prototipo
únicamente sexual, perjudicando enormemente la salud mental de la
juventud, siendo la más vulnerable a esta clase de música.
Si analizamos, en la actualidad, los cantantes aparecen en los
conciertos con pantalones rotos, su cabellera larga, camisas desmangadas, en
fin no se preocupan por su personalidad.
Las canciones son acompañadas por ruidos estridentes y ritmos que llevan
a la sensualidad y a la morbosidad.
Estos artistas carecen de interpretaciones porque las canciones no tienen contenido y a diferencia de ello
se incita al sexo libre, drogas, homicidios, suicidio, malas conductas y
expresiones, entre otros.
Y donde está el papel que
debería ejercer la Dirección de Espectáculos Públicos de Radio y Televisión para
regular las canciones que se transmiten en la radio y la televisión.
Pareciera ser que no existe
una entidad que regule lo que se transmite en los medios de comunicación, donde
aparentemente impera la anarquía, ya que transmiten lo quieren a la hora que
ellos quieren y nadie se interesa por la salud mental de nuestros jóvenes, un
sector que está siendo altamente vulnerable a la violencia.
A diario en el transporte
colectivo se escucha música estridente y con una doble moral, lo cual es
repudiable para quienes aún conservan valores morales.
Por ello es importante poner
atención a lo que se escucha, ya que eso determina nuestra conducta y
pensamientos.
Y lo preocupante es ¿qué
estamos haciendo para un cambio de conducta, principalmente en nuestros
jóvenes?
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