sábado, 20 de octubre de 2012

¿QUÉ ESTAMOS HACIENDO POR LA SALUD MENTAL DE NUESTROS JÓVENES?


La música es el lenguaje del alma y es por eso que se ha convertido en una de las mejores expresiones de sentimientos hacia las demás personas.

Los años 60,70,80 e incluso los 90´s, han marcado la generación de la música, sobre todo en el género romántico. Grandes artistas como José Luis Perales, Camilo Sesto, Leo Dan, entre otros, marcaron un estilo en cada una de sus canciones, convertidas en verdaderos poemas de amor, donde este  sentimiento hacia la mujer es puro y los detalles eran parte de los sentimientos hacia el ser amado.

Detalles como regalar una rosa, una canción o simplemente expresar los sentimientos prevalecían en los contenidos de las melodías que enamoraban a cientos de parejas que escuchaban cada canción.

Y quien no se enamoró con canciones como “No sabes cuánto te quiero”, de Camilo Sesto, y “Te Quiero”, de Jose Luis Perales, que describen a un hombre enamorado, romantico y sobre todo que sabía amar a una mujer con un amor sin interés.

Los contenidos de esas canciones retractaron el romanticismo de décadas pasadas donde prevalecía  en la música un lenguaje de respeto hacia el ser amado, donde el romanticismo de “Romeo y Julieta”, pareciera ser que revivió en cada melodía, sin necesidad de un doble sentido.

Los cantantes de aquellas épocas tenían un don especial para escribir e interpretar sus canciones.

Sus conciertos dejaban sentir sus interpretaciones al público, llevándolos  a experimentar  cada situación que retractaba cada canción.

Si recordamos, los cantantes vestían adecuadamente con saco, corbata y se hacían acompañar algunos de una guitarra, piano o simplemente un micrófono, sin necesidad de realizar un show en el escenario.

El show simplemente se basaba en la calidad de sus interpretaciones y es allí donde se debió el éxito que hasta hoy en día mantienen los artistas de la época de oro,  incluso con las actuales generaciones.

Hoy en día, las baladas y la música en general  es sustituida por géneros como el perreo y reguetón,  que únicamente denotan un contenido vulgar y de doble moral, desvalorando a la mujer y convirtiendola en un prototipo únicamente sexual, perjudicando enormemente la salud mental de la juventud, siendo la más vulnerable a esta clase de música.

Si analizamos, en la actualidad, los cantantes aparecen en los conciertos con pantalones rotos, su cabellera larga, camisas desmangadas, en fin no se preocupan por su personalidad.

Las canciones son acompañadas por ruidos estridentes y ritmos que llevan a la sensualidad y a la morbosidad.

Estos artistas carecen de interpretaciones porque las canciones no tienen contenido y a diferencia  de ello se incita al sexo libre, drogas, homicidios, suicidio, malas conductas y expresiones, entre otros.

Y donde está el papel que debería ejercer la Dirección de Espectáculos Públicos de Radio y Televisión para regular las canciones que se transmiten en la radio y la televisión.

Pareciera ser que no existe una entidad que regule lo que se transmite en los medios de comunicación, donde aparentemente impera la anarquía, ya que transmiten lo quieren a la hora que ellos quieren y nadie se interesa por la salud mental de nuestros jóvenes, un sector que está siendo altamente vulnerable a la violencia.

A diario en el transporte colectivo se escucha música estridente y con una doble moral, lo cual es repudiable para quienes aún conservan valores morales.

Por ello es importante poner atención a lo que se escucha, ya que eso determina nuestra conducta y pensamientos.

Y lo preocupante es ¿qué estamos haciendo para un cambio de conducta, principalmente en nuestros jóvenes?


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